Hace poco me topé con esta ilustración del ilustrador SakoAsko que me hizo reflexionar sobre la constante necesidad del ser humano de siempre querer más y nunca estar completamente satisfechos con lo que tenemos lo cual se ve reflejado en diferentes aspectos dentro de nuestra sociedad.
A lo largo de la historia de la humanidad, una de las preguntas que siempre nos ha intrigado a cada uno de nosotros es si podemos estar realmente en paz o contentos con nuestra vida. Sin embargo, rara vez nos encontramos con una persona que pueda afirmar estar perfectamente satisfecha con lo que tiene, y no desea obtener algo más, o hacerlo mejor. Todos anhelamos tener más; más de lo que ya tenemos, e incluso más de lo que otros tienen. Pero, ¿Por qué pasa esto?
Esta en nuestra naturaleza
Aunque esto suena demasiado pesimista, tal vez anhelar cosas y desear incesantemente está en nuestra propia naturaleza. La naturaleza nos ha dado la capacidad de crecer y evolucionar cambiando constantemente a nosotros mismos y a nuestro entorno. Esta puede ser la razón por la cual nunca nos sentimos satisfechos con nuestra condición presente y, por lo tanto, siempre nos esforzamos por hacerlo mejor en el futuro.
Nuestra insistencia de compararnos con los demás
Los males de la comparación son mucho más inverosímiles de lo que generalmente pensamos que son. Compararnos con los demás con respecto a nuestra condición financiera, emocional, social o intelectual nos mantiene descontentos con nuestras propias vidas y nos lleva a una baja autoestima. Solemos enfocarnos raramente en nuestros talentos y habilidades únicas, o lo que ya tenemos. Comparando con otros cambia nuestro enfoque de los aspectos positivos de nuestra propia vida, y tendemos a desanimarnos, pensando en lo que otros tienen que nosotros no tenemos.
Curiosidad
Los seres humanos siempre hemos sido muy curiosos. La curiosidad es lo que nos hizo salir de nuestros tiempos de cavernas y nos condujo a todos los avances tecnológicos e intelectuales que ahora vemos a nuestro alrededor. Siempre sentimos curiosidad por saber más sobre objetos o experiencias que son nuevos y desconocidos para nosotros. Por lo tanto, la curiosidad humana ha demostrado ser una espada de doble filo.
Necesidad de cambio constante
Disfrutamos de todo lo nuevo e inexplorado. Ya sea un nuevo destino de viaje o un nueva compra de algún aparto electrónico. Un buen cambio en nuestras vidas nos mantiene felices y contentos por algún tiempo, pero pronto se acerca el aburrimiento inevitable, y una vez más deseamos más cambios y variedad en la vida. Esta naturaleza humana para regocijarse en el cambio y la diversidad siempre nos mantiene insatisfechos con nuestra vida cotidiana.
Influencia Social
Crecemos en una sociedad que elogia a los que tienen más y están “en mejor posición” que aquellos que tienen menos. Nos alienta a esforzarnos más para obtener más y más cosas para nosotros mismos sin pensar dos veces si realmente las necesitamos o no. Vivimos en un mundo en el que “cuanto más, mejor” se considera la única forma de alcanzar la felicidad. Olvidamos que las mejores cosas en la vida son gratis, y no nos permitimos hacer las cosas simples que nos dan felicidad y paz real.
Todos tenemos la opción de ser felices con lo que tenemos aquí y ahora. El secreto es vivir en el momento presente y hacer las cosas que realmente deseas hacer como individuo, conociéndote y siéndole fiel a tu corazón.
La verdadera satisfacción se produce solo cuando te ves como eres sin ningún deseo de cambiar, sin ninguna condena o comparación, lo que no significa que simplemente aceptes lo que ves y te vayas a dormir. Pero cuando la mente ya no está comparando, juzgando, evaluando, y por lo tanto es capaz de ver lo que es de momento a momento sin querer cambiarlo, en esa misma percepción está la eterna paz interior.